Sentir.

Es como si Dios no quisiera otorgarme el único elemento que ha permanecido -y parece que lo hará durante mucho tiempo- encerrado en mí y es el sentimiento.
Eso a la que la gente lo llama 'felicidad', 'abrazar', 'besar', 'él', o lo que es lo mismo, 'amor'.
No sé si es por mi forma de ser, porque aún no estoy preparada o porque el destino es así de cabrón conmigo. Cierto es que experimenté una agradable sensación que olía a él pero ¿dónde se encontraba lo demás?
Era joven -bastante- y por eso no sabía cómo actúar, ni cómo había que elegir a un príncipe azul, y ese fue el problema el Príncipe Azul. Todo el mundo sueña con su amante ideal pero ni hasta el más mínimo ser es perfecto.

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